Alba Delgado, concejala de Desarrollo Sostenible y Medio Natural, ha explicado que este herbicida tiene un grave impacto en el medio ambiente y podría afectar también a la salud humana

El Pleno Municipal de Barakaldo ha aprobado hoy por unanimidad un texto conjunto de los partidos que forman el equipo de Gobierno -EAJ-PNV, PSE-EE-, Podemos y EH Bildu por el que el Ayuntamiento se compromete a limitar progresivamente el uso del glifosato, “hasta dejar de emplearlo por completo en 2022”. La limitación paulatina será del 30% en 2020 y de un 30% adicional en 2021. A la hora de dejar de usar este herbicida, la institución local empezará por los espacios utilizados por el público en general como los campos de deportes y áreas de recreo, recintos escolares, campos de juego y los espacios cercanos a los centros de asistencia sanitaria.

Alba Delgado, concejala de Desarrollo Sostenible y Medio Natural (PSE-EE), ha explicado que a día de hoy no está claramente definitivo el impacto de este plaguicida en la salud humana, “pero sí está probado su impacto a la hora de reducir la diversidad y cantidad de especies vegetales y, por ello, puede afectar a seres vivos cruciales para la agricultura, como son los polinizadores”.

El Ayuntamiento barakaldés no sólo dejará de usar el glifosato, sino que estudiará cuáles son las posibles alternativas a los plaguicidas químicos, “analizando su eficacia, su coste y su uso por parte de otras administraciones públicas”.

La moción aprobada hoy por el Pleno nace de una propuesta de Ekologistak Martxan, a quien Alba Delgado ha agradecido que haya abierto el debate sobre el uso de los herbicidas, así como que haya favorecido un amplio acuerdo político entorno a este asunto. “Somos conscientes de que debemos evitar cualquier impacto en nuestro medio natural, en la cadena atrófica o en nuestra salud. Poner los medios para ello, ante cualquier indicio de sospecha, es la obligación de todos nosotros y nosotras”, ha resaltado.

El glifosato es un herbicida no selectivo. Cuando las plantas lo absorben, la sustancia llega hasta la raíz, bloqueando una enzima que posibilita que el vegetal lleve a cabo funciones básicas, hasta que la planta perece definitivamente. Millones de hectáreas de tierras de cultivo, parques y hasta aceras son rociadas cada año con glifosato en todo el mundo. Y Barakaldo no es una excepción.

AFECCIÓN SOBRE SUELOS, AGUA…

La inocuidad del glifosato para la salud humana lleva décadas en entredicho, pero nunca se han llegado a tomar medidas claras. En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Además, el uso del glifosato tiene graves impactos en el medio ambiente, puesto que afecta a los suelos, el agua y otros seres vivos. No obstante, la Comisión Europea determinó a finales de 2017 que el compuesto podrá emplearse hasta que, al menos, en 2022 se determine de nuevo si es seguro. Sin embargo, la Directiva Marco por un uso sostenible de los plaguicidas, aprobada por el Parlamento Europeo en 2009, expone que los diferentes países “velarán porque se minimice o prohíba el uso” de estas sustancias. Dicha directiva ha sido traspuesta en el Real Decreto 1311/2012, que contempla la posibilidad de que cada institución pueda aplicar el principio de cautela, limitando o prohibiendo el uso de productos fitosanitarios en zonas o circunstancias específicas. Eso es lo que va a hacer el Ayuntamiento de Barakaldo en sus parques, jardines y demás zonas verdes.