Los informes de todos los técnicos municipales coinciden en que el pago le corresponde a la empresa, Arcona Ibérica, quien dispone de un gran activo para hacer frente a sus deudas: 37,7 millones 

El voto de los Socialistas ha permitido rechazar la pretensión de los particulares, que presentaron alegaciones al Presupuesto Municipal

Ana rueda mayo 2016

El PSE-EE ha mostrado hoy en el Pleno su rechazo a las alegaciones presentadas por unos propietarios de terrenos al Presupuesto Municipal de Barakaldo, quienes buscaban endosar al Ayuntamiento el pago de unas expropiaciones de terrenos donde una promotora construyó Viviendas de Protección Oficial (VPO) en el área de Ibarreta-Zuloko.

Los informes de todos los técnicos municipales coinciden en que el pago corresponde a la promotora Arcona Ibérica, quien se encuentra en concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) pero dispone de un gran activo para hacer frente a sus deudas. Y es que, según evidencia el Administrador Concursal de la compañía, el patrimonio de la empresa asciende a 37,7 millones de euros y sus deudas con diferentes compañías y particulares (intereses incluidos) están estimadas en 9,7 millones.

“La responsabilidad del Ayuntamiento no es solidaria sino subsidiaria y el acreedor no puede elegir deudor. La figura de la responsabilidad subsidiaria funciona así; primero debe hacer frente al pago Arcona Ibérica, que es quien está obligado a ello y además dispone de un activo importante: 37,7 millones de euros. No es insolvente”, ha advertido la portavoz Socialista, Ana Belén Quijada.

Cabe recordar que el Plan de Ordenación Urbanística (PGOU) recogía que ese suelo fuese destinado a Viviendas de Protección Oficial (VPO), siendo aprobado en el Pleno en 1999 por PSE-EE, PNV y PP; es decir, obtuvo un amplio consenso. El objetivo era lograr una ciudad más habitable, vivienda más asequible y una oferta de suelo para la actividad económica que permitiera la generación de empleo.

El Plan permitió la recuperación de espacios privados para devolverlos a los ciudadanos en forma de vivienda protegida, equipamientos culturales, espacios verdes… “Lo que era de unos pocos, después de la intervención pública, se hizo de todos”, ha recordado Quijada. La iniciativa partió del Partido Socialista en los años 90, que llevó a cabo un proceso de participación en todos los barrios. Muestra del consenso que obtuvo fue que no se presentó ninguna alegación de un particular a los proyectos planteados.

El resultado de ese Plan es una ciudad transformada urbanística y socialmente con 1,5 kilómetros cuadrados de nueva zonas verdes (Jardín Botánico Ramón Rubial, borde de la Ría, Parque Munoa, Hayedo de San Vicente…), un 70% de vivienda nueva protegida y recuperación de espacios para la actividad económica (Beurko, Kareaga…), entre otras mejoras.

 

DEFENSA DEL INTERÉS COMÚN

Sí hubo alegaciones a título individual defendiendo sus intereses particulares. En su momento se escuchó a todos y todas y se intentó conciliar en lo posible los intereses individuales con el interés común, en beneficio del conjunto de los barakaldeses y barakaldesas.

“Podemos confirmar que no ha habido ninguna sentencia vinculada al urbanismo consecuencia de una mala gestión. Lo que ha habido son expropiaciones a propietarios privados que disponían de importantes parcelas de terreno. Es legitimo que al que se le expropia un terreno quiera obtener el máximo beneficio, pero también es legitimo que el que paga (además con dinero publico) busque hacerlo al menor precio posible. Teniendo en cuenta la macro actuación que se hizo en Barakaldo sobre miles de metros cuadrados de terrenos, muchos de ellos de propiedad privada, entra dentro de lo que podía suceder. Desde luego si nada haces, nada pasa. También ha habido muchas sentencias que han dado la razón al Ayuntamiento de Barakaldo”, ha explicado Quijada.