El concejal de Vivienda, Planificación y Gestión Urbanística, Juan Antonio Pizarro, ratifica su compromiso con el proyecto, si bien evidencia que “los avances son más lentos de lo deseable”

La Junta de Gobierno Local concedió el 28 de abril de 2023 la licencia de obras para el derribo de los de los primeros pabellones abandonados a la promotora del plan de El Calero, en el barrio de Burtzeña. Ha transcurrido casi un año desde entonces y el Ayuntamiento, en aplicación de la legislación vigente, deberá declarar en los próximos días la caducidad del permiso si la promotora no presenta lo requerido para poder arrancar las obras.

El concejal de Vivienda, Planificación y Gestión Urbanística, Juan Antonio Pizarro, ha dado a conocer esta situación y, al mismo tiempo, ha ratificado su compromiso con este importante proyecto, aunque ha evidenciado que “los avances en el proyecto son más lentos de lo deseable”. De hecho, la Agencia Vasca del Agua-URA ha declarado recientemente la caducidad del expediente que tenía abierto sobre el plan de El Calero.

El área de Vivienda, Planificación y Gestión Urbanística remitió el pasado 13 de marzo un escrito a la promotora informándole de la próxima caducidad de la licencia, que tenía un plazo máximo de ejecución de 11 meses. Sin embargo, las obras no han arrancado y, para poder empezar, la empresa debe presentar las pertinentes autorizaciones previas sectoriales, además de depositar en la Tesorería Municipal la fianza por importe de 380.952,86 euros en garantía de la adecuada gestión de los residuos.

Además de la autorización de URA, en base a la Ley 2/2006 de Suelo y Urbanismo antes de iniciarse los derribos la promotora debe obtener el visto bueno de otros cinco organismos: Departamento de Infraestructuras de la Diputación (que ha informado favorablemente), Euskal Trenbide Sarea (ETS), el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco y Osalan (Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales).

Los derribos se llevarán a cabo en una parcela de 35.235,11 metros cuadrados situada en el número 25 de la Calle Calero Viejo, y que antiguamente estaba ocupada por la empresa Refractarios Burceña. El ámbito de actuación está dividido en seis zonas con sus respectivos inmuebles o conjuntos edificatorios.

Pizarro ha recordado que el proyecto de El Calero data de 2007, con Tontxu Rodríguez como alcalde. El plan contempla la creación de 20.000 metros cuadrados de zonas verdes y de 7.700 metros cuadrados de suelo para equipamientos, incluyendo la creación de un parque deportivo al aire libre, así como la construcción de alrededor medio millar de viviendas, de las cuales casi la mitad serán de protección oficial y local. En los edificios se reservarán 2.442 metros cuadrados en sus plantas bajas para equipamientos comunitarios. Asimismo, se eliminará la barrera arquitectónica de las vías del tren de FEVE mediante su cubrimiento parcial.

NO GENERAR FALSAS EXPECTATIVAS

“Este proyecto será la punta de lanza de la necesaria transformación urbana de Burtzeña, que los vecinos y vecinas demandan con razón desde hace años. Sabíamos que los trámites iban a ser lentos, pero no tanto. En política debemos ir siempre con la verdad por delante, y al igual que anunciamos la concesión de la licencia de obras debíamos dar a conocer la próxima caducidad de la misma. No se pueden generar falsas expectativas cada vez que hay elecciones, como por desgracia está ocurriendo en El Calero. Tampoco son creíbles aquellos que sistemáticamente están intentando bloquear el proyecto y que ahora dicen preocuparse por el barrio”, ha declarado Juan Antonio Pizarro.

Como muestra del compromiso con el proyecto, el concejal ha dado a conocer que ya están listos los informes técnicos para aprobar el Programa de Actuación Urbanística (PAU) de El Calero y que la pasada legislatura se impulsaron y aprobaron por el Pleno tanto la aprobación provisional (27 de febrero de 2020) como la definitiva (24 de febrero de 2022) de este plan urbanístico.